Veterinaria con nombre de mujer
El día 11 de febrero celebramos el día Internacional de la mujer y la niña en la ciencia y no podemos dejar de rendir nuestro pequeño homenaje a estas mujeres valientes y dedicadas que se han abierto y se abren cada día camino en un mundo que mayoritariamente sigue siendo de hombres.
Una tendencia imparable
Hace no tanto, en 1965, tan solo un 4% del estudiantado de veterinaria eran mujeres. Un número que fue incrementándose año tras año, hasta que actualmente, no solo se ha igualado, sino que supera con creces al de estudiantes varones.
Según un informe de la profesión (VetSurvey , noviembre 2018-marzo 2019) publicado por la Federación Europea de Veterinaria , la mayoría de los veterinarios europeos en el futuro serán mujeres. Así, mientras que el 58% de los veterinarios de todas las edades son mujeres, en la franja de edad de los menores de 30 años el porcentaje femenino alcanzaba el 82.
Y es que como comenta María Castaño, profesora honorífica de la Facultad de Veterinaria de Madrid, en su artículo “Primeras Mujeres Veterinarias ”, “Si ha existido una verdadera revolución dentro de nuestra profesión en el último siglo, ha sido la que han protagonizado las mujeres con su incorporación masiva a las facultades y, posteriormente, a la profesión veterinaria”.
Veterinarias para la historia
¿Qué os parece si, en estas fechas señaladas y a modo de pequeño homenaje, repasamos brevemente la historia y logros de algunas de las veterinarias más ilustres de la historia?
Mujeres de todo el mundo que se abrieron camino en una profesión de hombres y fueron sembrando aquí y allá las semillas necesarias para que la veterinaria crezca con las aportaciones de más mujeres cada día.
Vamos allá. Empezaremos, como no podía ser de otra manera por el principio, por las primeras:
- Parece ser que el papel de la mujer en veterinaria se inicia en Rusia, concretamente con Krusewka y Dobrowilskaia, licenciadas ambas por la escuela de Zurich (Suiza) en 1889. Poco se sabe de ellas, tan solo que la última ejerció como veterinaria de Distrito en la Rusia Meridional.
- Algo más documentada esta la trayectoria de Aleen Cust (Irlanda 1868), la primera médica veterinaria de Reino Unido y una de las primeras del mundo. Angloirlandesa, de férrea voluntad, valiente y pertinaz, que tuvo que inventarse un pseudónimo, el de A. I. Custance, concretamente, para poder realizar el examen que le daría acceso a la profesión. Completó sus estudios en 1897, obteniendo una distinción en Zoología, sin embargo, no fue admitida como miembro del Royal College of Veterinary Surgeons (RCVS). Como resultado tuvo que ejercer su profesión en Francia y no fue hasta 1922, tras superar un duro examen, cuando pudo ser finalmente reconocida de forma oficial como veterinaria en su país.
- En Estados Unidos la primera mujer veterinaria colegiada fue Mignon Nicholson, que obtuvo su diploma en 1903. Unos años antes que Elinor McGrath, que fue admitida en la Asociación Médica Veterinaria de Chicago en 1916, y que Florence Kimball, de la Universidad de Cornell, Ithaca, Las dos últimas fueron reconocidas como las pioneras de la clínica de animales de compañía y , como curiosidad, comentar que Elinore, impulsora del cuidado y amor por las mascotas, poniendo en relieve su importante papel en nuestras vidas, fue la fundadora del primer cementerio para perros , situado en Chicago.
Las pioneras en España
- Y poniendo la vista en casa, hasta el año 1925 la profesión daba la espalda a las mujeres. Pero María Cerrato Rodríguez, nacida en un pueblo de Badajoz, nieta de un veterinario, cambió las tornas. Su padre, propietario de una herrería había depositado toda esperanza de relevo en su hijo varón, pero este se negó a estudiar veterinaria. Fue su hija María, alentada por el mismo ante la negativa del hermano, quien solicitó ese año permiso a la Universidad de Córdoba para inscribirse, debido a que una Real Orden del 11 de junio de 1888 establecía que las mujeres no podían cursar estudios universitarios. Ejerció la profesión hasta 1967, año en que se jubiló.
- En Madrid, la primera graduada, y con sobresaliente, fue la vasca Luz Zalduegui, en el año 1935. Ese mismo año, a punto de terminar su formación, logró plaza de asistente en la Cátedra de Química Inorgánica y Orgánica y Análisis Clínicos por oposición, posteriormente opositaría también para obtener su plaza de inspectora municipal.
Theileria Lupei, el nuevo parasito con el nombre de una investigadora española
Y no queremos cerrar este post sin mencionar a todas aquellas mujeres veterinarias que actualmente dedican su tiempo y energía a la investigación, actuando como motor de conocimiento y avance de la profesión.
Entre ellas, Guadalupe Miró , catedrática del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que ha recibido un reconocimiento internacional muy especial por sus contribuciones a la parasitología veterinaria. Y decimos muy especial porque un nuevo parásito llevará su nombre, Theileria lupei sp.
Se trata de una nueva especie de Theileria hallada en tres especies marsupiales nativas (quol oriental, walabí de pantano y quokka) en dos ubicaciones diferentes en Australia. Todo un honor para la profesión veterinaria española. ¡Nuestra más sincera enhorabuena Guadalupe!