Rinoneumonía equina y west nile: dos enfermedades de caballos de importancia creciente en europa
El pasado año hubo el mayor número de focos de fiebre del Nilo Occidental (West Nile) desde que disponemos de registros oficiales; y en febrero de 2021 el mayor brote de rinoneumonía equina en décadas en Europa. Estas situaciones ponen sobre la mesa la necesidad de proteger a nuestros caballos, de actuar de manera proactiva, y no reactiva, e instaurar programas de prevención y vacunación antes de que se presente la enfermedad.
EHV-1 y 4: Una amenaza siempre presente
Los herpesvirus equinos 1 y 4 (EHV-1 y 4) son los responsables de la rinoneumonía equina, enfermedad vírica de declaración obligatoria que cursa con alteraciones respiratorias, nerviosas y abortos.
EHV-1 y 4 son endémicos en las poblaciones equinas de todo el mundo1. La infección inicial es a través de la ruta respiratoria, a excepción de los potros nacidos con enfermedad neonatal. La mayoría de los caballos de dos años de edad han tenido contacto con la enfermedad. Viremias posteriores pueden ocasionar otros síndromes (especialmente en el caso de EHV-1).
Son cuatro los síndromes que se pueden desarrollar:
- Enfermedad respiratoria.
- Mala transformación: bajo rendimiento.
- Aborto.
- Mieloencefalopatía.
Frente a esta enfermedad no existe ningún tratamiento validado, por lo que se recomienda un buen manejo de cuarentenas, control de los movimientos y vacunación de todos los animales frente a EHV-1 y EHV-4 para incrementar el nivel de protección de la población.
¿Cómo se transmite el EHV?
- Contacto directo caballo a caballo.
- Descarga ocular o nasal.
- Manipuladores o equipos infectados por aerosol a distancias cortas (por ejemplo, establos adyacentes).
- A través de fetos abortados, membranas fetales o secreciones del tracto reproductivo.
- Infección latente que puede reactivarse y provocar una nueva diseminación viral.
Una de las particularidades más destacada de los herpesvirus equinos es la latencia, que hace que un alto porcentaje de los animales infectados sean portadores a lo largo de toda su vida. De hecho, hasta un 90 % de los caballos pueden estar infectado por EHV-1 de forma latente. En este sentido, la reactivación depende del estado inmune del animal, además del estrés y estado de salud general del animal, por lo que la vacunación disminuye la incidencia de latencia.
Control
Los 3 aspectos principales para la prevención y control de EHV2:
- Maximizar la inmunidad de la manada a través de la vacunación.
- Subdividir caballos en pequeños grupos cerrados aislados epidemiológicamente.
- Minimizar riesgos exógenos y endógenos (el estrés induce la reactivación viral) de introducción del EHV.
Un punto clave es la reducción del estrés3. Así se recomienda separar al grupo de riesgo de otros grupos, por ejemplo, yeguas preñadas, así como aislar cualquier llegada de nuevos animales o de animales que regresan, durante un mínimo de 3 semanas. Además de mantener las estructuras sociales, evitar el transporte prolongado, la reubicación, la mala alimentación, la parasitosis, la exposición al medio ambiente y el destete en masa de los animales jóvenes.
En cuanto a la vacunación, no confiere una protección total, pero su uso es eficaz para evitar abortos, cuadros respiratorios y neurológicos; y cuando las tasas de cobertura vacunal son lo suficientemente elevadas como para transmitir inmunidad colectiva. Por lo tanto, la vacunación debe combinarse con adecuadas medidas de gestión y manejo. En el caso de un brote, como el acontecido el pasado mes de febrero, la vacunación puede usarse en los caballos con un mayor riesgo de exposición3. La clave es la reducción de la difusión viral y la inmunidad de la manada4.
Virus West Nile: transmitido por mosquitos y transportado por aves
El virus de la fiebre del Nilo Occidental (West Nile Virus, WNV) se transmite a través de la picadura de un mosquito, siendo los principales vectores los mosquitos del género Culex. Este vector, es transportado desde África a Europa por aves migratorias. Aunque la incidencia de WNV es estacional, mostrando un pico de actividad en los meses que van de julio a octubre5, se trata de una enfermedad de importancia creciente en Europa6,7. En España se han notificado brotes en varias zonas de la península, siendo la de mayor número de notificaciones el suroeste de España en los últimos 10 años.
Aparte de detectarse fiebre, pérdida de apetito y depresión, la sintomatología clínica de WNV en caballos es casi exclusivamente de tipo neurológico: debilidad en los cuartos traseros que va desde incoordinación a parálisis, problemas de visión, ataxia, convulsiones, etc.
Tanto los cambios climáticos, con la tendencia a un tiempo más caluroso y húmedo, como el incremento de la población de mosquitos Culex, son factores que están incrementando la amenaza de WNV para los caballos en Europa.
En este sentido, recientemente los ministerios de Sanidad y Transición Ecológica han presentado el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente , con medidas para la prevención de las enfermedades transmitidas por vectores, que aumentan por el cambio climático.
Referencias: 1. Allen GP (2002) www.ivis.org Document No. B0323.0202. 2. Allen GP (2002) Equine Vet. Educ. June 177-184. 3.Lunn DP, Davis-Poynter N, Flaminio MJBF, et al. (2009) J. Vet. Intern. Med. 23: 450-461. 4. Pusterla N (2014) Vet. Clin. Equine 30 (2014) 489 – 506. 5. Hayes E.B. et al. (2005) Emerging Infectious Diseases. www.cdc.gov/eid. 11 (8) 1167-1173. 6. Castillo-Olivares J. et al. (2004) Vet. Res. 35, 467-483. 7. Linke S. et al. (2007) Journal of Virological Methods 146, 355-358