Secado selectivo para una producción responsable en vacuno lechero
El uso responsable de antibióticos en salud veterinaria es un reto y una prioridad. La aparición de bacterias resistentes a los antibióticos es ya una constante día a día en la sanidad humana. Una dura realidad que para el año 2050 puede llegar a producir más de 10 millones de fallecimientos en el mundo, superando incluso al cáncer como causa principal de muerte en la especie humana. Para que esto no ocurra, la responsabilidad está en nuestras manos. Debemos actuar en conjunto, salud humana y salud animal - One Health-, para frenar el avance de las bacterias resistentes a los antibióticos. La solución: un uso responsable de los antibióticos.
Es por ello por lo que, en los diferentes sectores de producción animal, se han puesto en marcha iniciativas con el objetivo de asegurar este empleo razonable de los medicamentos. En el caso del vacuno de leche hay un área importante en la que se puede trabajar: el secado de las vacas.
Así, las Directrices para una utilización prudente de los antimicrobianos en la medicina veterinaria (2015/C299/04) indican para el vacuno lechero:
- Evitar el tratamiento sistemático de las vacas en el secado
- Medidas de higiene exhaustiva y buenas prácticas de gestión y manejo
- Promover la utilización de diagnóstico rápido para identificar patógenos causantes de las mamitis antes de tratar
- Evitar la alimentación de los terneros con leche de desecho de vacas tratadas con antibióticos.
- Desarrollar estrategias preventivas (por ejemplo, vacunaciones y alimentación de los terneros con calostro).
Además, el día 28 de enero de 2022 empezará a aplicarse el Reglamento UE 2019/6 del Parlamento Europeo sobre Medicamentos Veterinarios , que deroga la Directiva 2001/82/CE. Concretamente, en el apartado tercero del artículo 107 de este Reglamento se especifica que “los medicamentos antimicrobianos no se utilizarán con fines profilácticos salvo en casos excepcionales, para ser administrados a un animal determinado o a un número limitado de animales cuando el riesgo de infección o de enfermedad infecciosa sea muy elevado y las consecuencias puedan ser graves.
En tales casos, el uso de medicamentos antibióticos con fines profilácticos se limitará a su administración a un animal determinado y en las condiciones establecidas en el párrafo primero.”
Por lo tanto, la práctica que durante años atrás se ha venido haciendo de emplear antibióticos en sábana en todas las vacas en el secado, no será posible. Es entonces cuando entran en juego herramientas que permitan una producción responsable acorde con la nueva normativa. Una de estas herramientas es la terapia de secado selectivo que permite reducir el uso de antibióticos en granjas de leche más de un 50 %.
¿En qué consiste la terapia de secado selectivo?
El secado selectivo permite al sector afrontar el reto de producir con menos antibióticos. Supone, en definitiva, contar con datos fiables para seleccionar aquellas vacas que necesitarán o no tratamiento antibiótico. Así, la terapia de secado selectivo propone aplicar el antibiótico solo cuando sea estrictamente necesario según los registros de Recuentos de Células Somáticas (RSC), los resultados del Test de California (CMT) realizado al secado y la presentación de mamitis a lo largo de la lactación.
Los principales objetivos de llevar a cabo una terapia selectiva de secado son:
- Reducir el consumo y promover el uso responsable de antibióticos.
- Reducir el riesgo de antibióticos en el tanque de leche.
- Reducir el coste en tratamientos.
- Descartar menos leche cuando se adelantan los partos.
- Mantener la salud de la ubre y la calidad de la leche.
- Nos obliga a conocer el estado de la salud de la ubre de cada vaca en el momento del secado y a establecer protocolos estandarizados de trabajo.
En definitiva, la terapia de secado selectivo propone tratar con antibiótico únicamente a aquellas vacas que lo necesiten, analizando las condiciones de cada granja y teniendo diferentes criterios en función del animal.
Experiencia de campo
A este respecto Zoetis ha liderado una experiencia que se llevó a cabo en 6 explotaciones comerciales en España en las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-León, Cataluña, Galicia y Navarra. En ella, los veterinarios de calidad de leche hicieron el control y seguimiento de la prueba en las correspondientes explotaciones. En cada granja se establecieron dos grupos de animales: vacas sanas (sin mamitis al secado), a las cuales sólo se les aplicó un sellador intramamario, y vacas con mamitis a las que se les aplicó además un antibiótico de secado.
La tasa de mamitis clínicas analizada en el postparto fue muy semejante en ambos grupos, siendo su diferencia no estadísticamente significativa. Por lo que se concluye que con una buena selección de animales que no precisen ser tratados con antibióticos, la tasa de mamitis clínicas al post-parto va a ser similar a la del grupo que utilizó antibiótico de secado. Además de la consecuente reducción del uso de antibióticos de secado (57%).